En Monza, Hamilton disfrutó de lo lindo y Alonso sufrió como pocas veces. El inglés se impuso con total autoridad a su compadre y líder del Mundial Nico Rosberg, al que ahora tiene a 22 puntos de distancia a seis carreras de la conclusión.
Es el segundo triunfo de Hamilton en Monza, el hogar de Ferrari. El mundo del cavallino padeció la escasa solvencia del equipo este año. El coche no está para ganar y casi ni para pelear por el podio. Alonso se retiró por una avería y Raikkonen terminó décimo, a media vida del vencedor.
Alonso se manejó a distancia del triunfo mientras los tifosi esperaban un imposible: ver a los Ferrari cerca de la primera posición. El español perdió una posición en la salida y trabajó el mediodía en torno a la horquilla del séptimo al décimo puesto. Sin velocidad punta en las rectas, nada pudo hacer frente al Williams de Bottas en remontada, o a los McLaren de Magnussen y Button. Apenas apareció por las imágenes de televisión y cuando lo hizo estaba fuera de la pista.
Un problema con el ERS le obligó a apagar el motor, según dijo, para evitar que el propulsor se rompiera (se pueden usar cinco motores al año sin penalización). Piloto regular, Alonso no había abandonado ninguna carrera este año y llevaba 29 grandes premios consecutivos sin averías ni problemas. Es la primera vez que se retira en Monza con Ferrari.
La carrera siguió curso envuelta en emocionantes batallas, Ricciardo superó a Vettel, la lucha de Sergio Pérez y Button, pero sin el aliciente del español en la pista.
Hamilton ganó la carrera por su postura siempre salvaje al volante y por los errores de Rosberg. Dos veces se salió de la trazada el líder del Mundial en el final de recta y en la segunda, Hamilton no perdonó. Lo rebasó y se marchó a por la victoria. Pese a su pésima salida, a su increíble retraso en las primeras vueltas, el inglés no se dio por vencido y araña puntos a su compañero en la pelea por el título. Quedan seis carreras y en Mercedes se preparan para el final de fiesta.
