viernes, 7 de noviembre de 2014

Gran Premio de Brasil, penúltimo duelo del año Hamilton-Rosberg


(ANSA) - El Gran Premio de Brasil de este domingo será crucial pero no decisivo desde lo matemático para la asignación del título de la Fórmula 1 que ve a Lewis Hamilton favorito, con 24 puntos de ventaja sobre Nico Rosberg.

Habrá que esperar la última carrera de Abu Dhabi, del 23 de noviembre y donde será asignado puntaje doble, por lo que una victoria en Interlagos del alemán de Mercedes dejaría las puertas abiertas para un sprint final con su compañero inglés. 

Pero las previsiones favorecen a Hamilton, porque en Austin logró su quinto triunfo consecutivo y porque le bastarían dos segundos puestos en Brasil y Abu Dhabi para coronarse. Cuando los dos Mercedes "espaciales" tuvieron igual rendimiento, como sucedió en Texas, Hamilton fue netamente superior, con muestras de una seguridad y una decisión admirables que dieron sustento al espectacular sobrepaso por línea interna que le propinó a un pasmado Rosberg. "Me alineé en la grilla de Austin totalmente convencido de que ganaría", declaró Hamilton antes de la largada con una jactancia que pareció excesiva (y no lo fue), pues la pole position había sido de Rosberg. 

La de Interlagos es una pista insidiosa, traicionera, con esa sucesión de toboganes que si llueve (y algunos pronósticos dan agua para el domingo) puede servir para volver a barajar los naipes a favor de Rosberg. El alemán no tiene nada que perder y, en los momentos en que estalló la guerra de nervios con Hamilton, se mostró siempre más controlado que su rival. 

Pero Hamilton es el favorito, aunque desde que corre en la F1 debió afrontar como principal enemigo a sí mismo: a veces le aflora cierta fragilidad psicológica que en algunas ocasiones ha sido autodestructiva, arruinando con algún error banal todo lo bueno que había hecho. 

No cometer ninguno error es el desafío que se le plantea en Interlagos, donde no ganó nunca y cuyo trazado no le gusta, pero del cual conserva el dulce recuerdo de haber ganado allí en 2008, cuando corría para McLaren, su primer título mundial, arrebatándoselo en la última vuelta a Felipe Massa. 

La única certeza para el domingo es que Mercedes puede repetir, sin demasiados esfuerzos, su penúltima cabalgata triunfal del año. Mercedes quiere celebrar a 59 años de aquel doblete espectacular que en 1955, con las flechas plateadas, consumaron el argentino Juan Manuel Fangio y el británico Stirling Moss, transformado en aquel Mundial en su fiel escudero. (ANSA). 

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