domingo, 23 de noviembre de 2014

Massa y Bottas de McLaren hacen el 2-3 en la última carrera del año

- Lewis cogió el liderato en la salida y su corona no corrió peligro en ningún momento
- Un fallo en el ERS dejó a Rosberg sin puntos y convirtió su sueño en pesadilla
- Los Williams en el podio y Massa estuvo cerca de comprometer la victoria de Hamilton
- Alonso acaba noveno en su última carrera vestido de rojo con problemas en su Ferrari
- Fantástica remontada de Ricciardo: del pit lane a la cuarta posición

Encerrado en su casco, apoyado en un sofá, secándose las lágrimas. No, no es tristeza, es la alegría incontenible por haber tocado al cielo. Lo ha hecho, como dictaba la lógica. Ha vuelto a entrar en la historia. Lewis Hamilton es el nuevo campeón del mundo. Bicampeón. Y allí, en esa sala a la que solo tienen acceso los afortunados, llegó él, su máximo rival, su compañero, su amigo. Vivió una pesadilla, pero Rosberg estaba ahí, demostrando nobleza hasta el final. 

Lewis cruzó la meta que dio el cierre a la película de 2014 con un estallido de fuegos de artificio en primer lugar. Sonriendo, emocionado. Ya hizo lo mismo en la segunda vuelta, porque el sueño de Nico empezó a desvanecerse en los primeros metros de la carrera. Nada más soltar los embragues del volante el alemán ya tuvo que ver como el título le adelantaba por la izquierda. Su Mercedes patinó mientras el otro metía la directa hacia la gloria.

Con Hamilton por delante, sus probabilidades de cambiar el destino disminuían radicalmente con cada vuelta. Lo único que podía hacer era intentar mantener la presión sobre el británico, y así lo hizo. Mantenía las distancias en torno a los 2.5 segundos una vez que pasaron por los pitts por primera vez. Y desde el muro le comunicaban que iban a alargar sus stints para intentar a hacer algo diferente al líder. Pero llegó el desastre…

Rosberg se salía de la trazada. Un fallo propio de los nervios y la precipitación de quien ve alejarse sus ilusiones pensamos, pero no, era algo mucho peor. Su ERS le estaba fallando, y con ello perdía 160 caballos de potencia. Se ahogaba en los problemas. Un coche que no le funcionaba y Lewis marchándose sin remedio. Seguro que le dieron ganas de dejar aparcado ese W05 que tanto le ha dado y encerrarse en su habitación, pero no se dejó hundir por la impotencia.

Terminó. A pesar de que tenía que ver impasible como les iban adelantando pilotos y cayendo posiciones. A pesar de que los problemas se le reproducían. A pesar de que su equipo desde el muro le invitaba a abandonar para dejar ese sufrimiento. "Me gustaría acabar la carrera", les dijo por radio. Y así lo hizo, fuera de los puntos, con la derrota en la cara, pero con el señorío y la integridad ondeando en lo alto. Un aplauso, merecido, como al ganador del Mundial.

Con el título ya en el bolsillo, Hamilton quería redondear su inmaculada temporada con su undécimo triunfo. Advirtió desde que puso un pie en Abu Dabi que no se iba a conformar con ser segundo y no lo iba a hacer. Por eso, no dejó que Massa le arrebatara su momento. Felipe llegó al final volando con los neumáticos superblandos y devorando segundos a Lewis con la esperanza de ganar por primera vez desde 2008, pero no pudo con el campeón.

El brasileño vio como las luces recibían a Hamilton solo 2.5 segundos por detrás de él, poniendo un gran broche a su 2014, el año en el que ha vuelto a sentirse piloto. Igual de bueno fue el cierre de temporada de su equipo al completo, porque Bottas, pese a su pésima salida, logró remontar posiciones hasta acabar tras él, en el podio. En Williams guardarán bien la foto de sus dos hombres flanqueando al campeón.

Fuera de la fiesta del podio más especial de todos se quedó Ricciardo. No perdió su eterna sonrisa por ello, más bien todo lo contrario. Quedarse a solo ocho segundos del cajón después de haber comenzado la carrera desde el pit lane le hace colgarse su enésima medalla en el mono de Red Bull. En igual situación partió Vettel y solo pudo acabar octavo. Entre los chicos energéticos se colaron Button y los recién renovados Force India.

Y los últimos puntos quedaron reservadas para unos pobres Ferrari: Alonso noveno y Räikkönen décimo. La suerte de Fernando pudo cambiar de no haberse topado con un inexperto Stevens tras su primera parada. El novato de Caterham le impidió hacer un undercut a Button que le hubiera dado mucha ventaja. Sí pudo adelantar a Jenson tras su segundo paso por boxes con una maniobra de su cosecha, pero después su F14-T le mandó para atrás.

Algunos problemas le cortaron el ritmo y de verse quinto pasó a casi quedarse fuera del Top 10. Una mala despedida. Quienes no vieron puntos fueron un Magnussen que las tuvo tiesas con Hülkenberg y Gutiérrez en la salida, un Vergne combatiente con su superior Ricciardo y unGrosjean sancionado hasta lo ridículo. Tampoco los retirados Kobayashi, Maldonado y Kvyat.Así terminó la película del primer año de la nueva era. En 2015 más ¿y mejor?