El retorno de Fernando Alonso ha durado tan solo 22 vueltas por un problema mecánico. Desde el muro de McLaren le anunciaron que debía bajar el ritmo y entrar en boxes para evitar otra rotura de motor debido a un problema que todavía no han detectado, pero que estaría relacionado con la presión del aceite o del agua.
A pesar de retirarse antes del ecuador de la prueba, Alonso se mostró optimista en su regreso ya que ha podido luchar con algunos de sus rivales. "El ritmo de carrera no era malo. No íbamos tan mal. Teníamos un Toro Rosso y un Red Bull justo por delante y era un poco sorprendente rodar con los demás coches", ha comentado al bajarse del MP4-30.
El piloto español no ha detallado las razones de la retirada, pero el objetivo es continuar aprendiendo y seguir con los test que no han podido hacer en invierno. "Como decíamos ayer, necesitamos experiencia y no sé qué ha pasado en el coche. Algo con la presión del aceite o el agua. Pero es normal. Si hubiéramos tenido un invierno normal, no estaríamos así. No noté nada y en la última vuelta me dijeron que tenía que bajar el ritmo para salvar el motor. Un buen test para que lo que se ha roto hoy no se vuelva a romper en la siguiente carrera", ha relatado.
El ridículo de McLaren en Melbourne no se ha repetido en Sepang, ya que ambos pilotos han podido batallar con varios coches durante la primera parte de la carrera. "El neumático duro era el peor y por eso salimos con él en la salida. Decidimos quitárnoslo del medio rápido. Poder rodar con el grupo de coches era impensable hace unos días, así que estoy bastante contento con las sensaciones del fin de semana", ha añadido el asturiano.
Volver tras un mes de inactividad en pista siempre es complicado y todavía más en un circuito con estas condiciones climáticas tan extremas. No obstante, Alonso considera que hubiera acabado la carrera sin problemas. "Estoy un poco cansado, pero no era un problema acabar la carrera. Necesito entrenar estas semanas para llegar a China a tope y seguir aprendiendo"
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