Nico Rosberg recogió ayer el trofeo de campeón del mundo de Fórmula 1 en la gala anual de la FIA, que como cada diciembre hizo entrega de los trofeos a los vencedores de sus distintas categorías. Esta vez la ceremonia se celebró en Viena, Austria.
Rosberg subió al escenario para recibir los honores de manos del presidente Jean Todt, que se fundió en un abrazo con él. Fue un día muy emotivo para el alemán, que unas horas antes había anunciado para sorpresa general su retirada de la Fórmula 1.
"Este año ha sido extremadamente duro porque lo he dado todo. He trabajado como un loco. Ahora he cumplido el sueño de mi infancia y no quiero volver a repetir el mismo compromiso. He decidido seguir a mi corazón, que me dice que pare y pase a otras cosas. Ha sido maravilloso, pero siento que es lo correcto", dijo.
La categoría reina también tuvo otro protagonista destacado: Max Verstappen. El holandés ganó la votación popular en el galardón Acción del Año, que reconoce el mejor adelantamiento. La maniobra en cuestión fue la pasada por el exterior sobre Nico Rosberg en la curva tres de Interlagos.
Verstappen también se llevó el título a la Personalidad del Año, otorgado por votación entre los periodistas acreditados de forma permanente en los diferentes campeonatos mundiales de la Federación Internacional de Automovilismo.
Además de los títulos de las categorías menores, la FIA también repartió los trofeos del WRC (Sébastien Ogier), el WEC (Neel Jani, Romain Dumas, Marc Lieb), el WTCC (José María López, el Rallycross (Mattias Ekström) y la Fórmula E (Sébastien Buemi).
Jean Todt también hizo entrega de un galardón de nueva creación, el Premio del Presidente. Se lo dio a Fréderic Sausset, el cuádruple amputado piloto francés que este año dio una lección de superación como pocas al participar en las 24 horas de Le Mans con un prototipo adaptado.
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