
El ejemplo más destacado de sus malas sensaciones fue la agresiva corrección al volante que se vió obligado a ejercer mientras el coche perdía ritmo de forma repentina en las enlazadas del primer sector. La versión oficial de Ferrari apunta a que varias virutas de goma se depositaron en la superficie del alerón trasero, lo cual generó un descenso importante de la carga aerodinámica. "Fue bastante violento", confesó Vettel ante los medios de comunicación desplazados a Austin.
La circunstancia que más inquieta al tetracampeón es la repentina pérdida de estabilidad que sufrió el monoplaza en un margen de pocos segundos, hasta el punto de verse obligado a realizar movimientos "bruscos" para evitar un accidente. "Es bastante sorprendente perder carga aerodinámica de forma tan repentina. No es como si notaras algo un par de segundos algo que te hace pensar que vas a perder el coche, así que tuve suerte de salvarlo", apunta en este sentido.
En este sentido, Vettel intensifica su descontento con Ferrari y sostiene que la falta de rendimiento en Austin es consecuencia del carácter aleatorio que parece ofrecer el coche según las características del circuito. En la Scuderia buscan entender por qué no se registraron problemas de esta índole en la anterior carrera de Suzuka, aunque el germano exige más trabajo para afrontar con garantías las cuatro últimas citas del 2016. "Tenemos la idea de que el coche no va como nos gustaría en ciertas condiciones. Es algo en lo que hemos trabajado y mejorado, pero nos queda trabajo por hacer".
Sea como sea, Vettel celebra que los problemas no acarrearan consecuencias negativas para su resultado en Austin, donde rodó constantemente cuarto con una holgada distancia sobre el Toro Rosso de Carlos Sainz. "Íbamos rodando a altas velocidades, pero conseguí mantener el coche. Tuve un par de momentos así en carrera, y luego reduje la velocidad para ir más tranquilo; estábamos en medio de la nada, a diez segundos de Daniel (Ricardo) y no tenía a nadie por detrás", destaca. SoyMotor.com