jueves, 29 de enero de 2015

Fernando: bicampeón del mundo, Parte 3

A principios del siglo XXI, a la Fórmula 1 le hacía falta un cambio radical. Michael Schumacher, piloto de la escudería Ferrari, había derribado a sus adversarios acaparando cinco títulos mundiales consecutivos, y el deporte pedía a gritos la llegada de una estrella joven y fresca que pusiera fin a la dominación del alemán.

El salvador resultó ser un joven talento asturiano, que ya se había convertido en el ganador más joven de un gran premio de F1. Todo lo que tenía que hacer Fernando Alonso ahora era emprender una lucha constante por el título del mundo; y su monoplaza de 2005 era justo el coche que necesitaba para hacerlo.

“Mi nuevo monoplaza, el R25, es el mejor coche que he tenido desde que estoy compitiendo en la Fórmula 1”, afirmaba Alonso durante la pretemporada. “Todo el equipo de Renault está convencido de que por fin tenemos un coche capaz de optar al título del campeonato del mundo”.

Sus increíbles victorias en dos de las tres primeras carreras pusieron la clasificación patas arriba, y cuando la Fórmula 1 se trasladó a Italia para disputar la primera carrera europea de la temporada en Ímola, Fernando tuvo ante sí el mayor reto de su carrera hasta la fecha: un cara a cara con el siete veces campeón del mundo, ¡en casa de Ferrari!

Imparable, agresivo y a la vez perfectamente comedido, Alonso hizo una carrera soberbia, logrando mantener a raya a Michael Schumacher durante las apasionantes 12 últimas vueltas del Gran Premio de San Marino de 2005. Todas las dudas sobre su carácter se disiparon; fue un momento decisivo para el deporte que marcó el comienzo de una nueva era.

“Fernando Alonso forma parte de esa clase de pilotos que nunca se rinden, que ganan carreras que no deberían ganar”, dijo el entonces ingeniero de Renault Mike Gascoyne. “Es capaz de lograr una concentración total bajo presión; puede ser rápido instantáneamente y competir con algo ‘inconducible’. Tiene un don muy especial”.

Las posteriores victorias en Nürburging (donde persiguió hasta atrapar a Kimi Räikkönen, adelantándolo en la última vuelta), Magny-Cours y Silverstone le abrieron el camino del título mundial. España, un país que antes no retransmitía la Fórmula 1, ahora clamaba a su nuevo héroe, y Alonso ya no podía pasear por las calles de su tierra natal sin que la gente lo abordara constantemente.

Durante la temporada 2005, se hizo con siete victorias, ocho podios más, seis poles y dos vueltas rápidas, y se convirtió en el piloto más joven en ganar el campeonato mundial de pilotos de Fórmula 1. A sus 24 años, 1 mes y 27 días, logró eclipsar el récord que el gran Emerson Fittipaldi había ostentado durante 33 años.

El ascenso de Alonso a lo más alto fue tan natural y meteórico que los observadores vaticinaron que podría llegar a convertirse en uno de los mejores pilotos de la historia del deporte.

“Fernando es joven, pero ya lleva cuatro años en la F1”, afirmaba entonces el jefe del equipo Renault, Flavio Briatore. “Es consciente de que la mejor forma de hacer las cosas en este negocio es manteniendo la calma e intentando terminar la carrera. El cerebro es muy importante y él es una persona muy inteligente, muy serena. No tengo ninguna duda de que está sacando el máximo rendimiento del coche ahora mismo. Ha hecho un trabajo fantástico”.

Los ingenieros del equipo Renault, Paul ‘Pedals’ Monaghan y Rod Nelson, se deshacían en elogios hacia el hombre a quien llamaban ‘Gonzo’ y su brillante capacidad para esquivar las deficiencias del coche.

“Alonso se preocupa porque va sorteando los problemas, pero no debería inquietarse tanto, porque puede ir adaptando el coche durante el recorrido de la carrera. Necesitas ese atributo”, cuenta Monaghan. “En Monza en 2003, terminó con tres cuartos de coche [después de un ‘encontronazo’ en el comienzo de la carrera] y aún así consiguió un punto. Su capacidad para adaptarse a las distintas condiciones de los circuitos con neumáticos nuevos o usados lo convierte en un piloto muy versátil y competitivo”.

Con la llegada de 2006, su contrincante más próximo al campeonato del mundo era Michael Schumacher, un rival que no intimidaba al asturiano. Ese año, el cohete azul y amarillo de Renault consiguió vencer en Bahréin, Melbourne, España (una emotiva primera victoria en casa), Gran Bretaña y Canadá. De hecho, entre Turquía 2005 y Canadá 2006, acumuló la increíble cifra de 15 podios seguidos.

Pero quizás una de sus mejores momentos de 2006 fue el segundo puesto en el Gran Premio de Turquía. Con los neumáticos desgastados, condujo el último tramo con el Ferrari de Schumacher pegado a la nuca. Unas cuantas carreras más tarde, desplegó una de las maniobras de adelantamiento más intrépidas de la F1: un valiente pase exterior a Schumacher en la entrada de la abrumadora curva 130R de 290 km/h en Suzuka. Desde luego, ¡solo apto para valientes!

Pero, en 2006, también encontró oposición en lo que él percibía como una excesiva intervención desde fuera en su lucha por el campeonato. Se prohibió el innovador sistema de suspensión de Renault, y además fue sancionado en el Hungaroring y en Monza. A pesar de la creciente presión política, se mantuvo agudo y decisivo al volante, y se hizo con el título en el último momento.

Fernando cerró la temporada en Brasil a lo grande –revalidó su título de campeón del mundo–, y demostró su respeto a su gran rival Michael Schumacher, quien había anunciado previamente su intención de retirarse al final de la temporada.

“Estoy orgulloso de haber competido con Michael y para mí es un honor haber ganado los dos últimos campeonatos de su carrera”, declaró el bicampeón del mundo en Brasil. “Y creo que significarán más que cualquier otro que pueda ganar durante mi carrera. Necesito un poco de tiempo para poder asimilar este segundo campeonato. Tengo 25 años y, después de cinco años con Renault, esta es la mejor forma de terminar la relación”.

Doce meses antes, el director del equipo McLaren, Ron Dennis, se había puesto en contacto con Fernando para proponerle un nuevo reto. Antes de que comenzara 2006, se anunció que abandonaría Renault y cambiaría de equipo. Quería emprender una nueva fase de su carrera y afrontar un nuevo desafío. Quería imitar a su ídolo de la infancia, Ayrton Senna. Quería competir con McLaren.

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Ref McLaren Fórmula 1 - Fernando: bicampeón del mundo

famh