Lewis Hamilton ha sido la gran sorpresa negativa de la sesión de clasificación del Gran Premio de China. El vigente campeón del mundo empezaba con la amenaza de la FIA de ser sancionado por saltarse una vía de regreso a la pista de forma segura. Sin embargo, el piloto británico todavía iba a pasar por algo mucho peor.
La Q3 estaba a punto de empezar cuando Hamilton ya se había bajado del coche y el monoplaza estaba sobre caballetes. No iba a salir a pista. El Mercedes había sufrido el mismo problema que ya sufrió en el Gran Premio de China. "He tenido el mismo problema que tuve en el motor en la última carrera. Es un problema en el motor", respondía ante la prensa desplazada en el circuito de Sochi.
Un Hamilton parco en palabras mandaba un dardo a la formación de Brackley después de llevarse la enésima decepción del año que le complica aún más el título de campeón del mundo. "Si consigo mantenerlo (el coche) de una pieza, si llego a meta, seguramente entraré en los puntos. Pero no es un circuito fácil de adelantar", asegura el británico.
El actual segundo clasificado en la general tendrá que estar muy pendiente del trabajo de los mecánicos, ya que el problema puede ir a mayores si recibe una sanción que le obligue a salir desde la cola de la parrilla. "Realmente, no sé dónde empezaré la carrera", confiesa.
La cara de Hamilton era de pocos amigos y las ganas de responder a la prensa eran nulas. De hecho, de forma un tanto arrogante, Hamilton ha contestado de esta manera cuando le han preguntado si está siendo un mal inicio de temporada: "Es una buena manera de decirlo, sí", concluye. LaF1.es
