domingo, 12 de mayo de 2019

Análisis Carrera: Mercedes mantiene el liderazgo y control del campeonato dentro y fuera de la pista

- El inglés recupera el liderato del Mundial y se lleva el punto de la vuelta rápida
- Verstappen le birla a Vettel el podio tras bloqueo del alemán en la primera vuelta

Lewis Hamilton ha dominado a placer la carrera del GP de España de la temporada 2019 de Fórmula 1. El piloto británico ha puesto contra las cuerdas a Valtteri Bottas para arrebatarle la primera posición en la salida y desconectar del resto de la parrilla para cabalgar en solitario hasta la victoria. La dupla de Mercedes ha conquistado el quinto doblete del año, el quinto consecutivo.

Sebastian Vettel ha perdido toda opción de podio cuando se ha visto superado por Max Verstappen en la primera vuelta de la carrera. El alemán de Ferrari, que había bloqueado en la primera frenada mientras luchaba por posición con los dos Mercedes, acusó una tracción muy pobre en la tercera curva y eso lo aprovechó el holandés para adelantarlo con su Red Bull.

Carlos Sainz, octavo al terminar la carrera, estaba undécimo hasta que todo se le ha puesto de cara con un coche de seguridad, provocado por un accidente entre su compañero Lando Norris y el Racing Point de Lance Stroll. Sainz ha pasado a Alexander Albon tras una parada lenta y luego ha dado cuenta de Romain Grosjean y Daniil Kvyat con maniobras en pista.

El GP de España, la quinta carrera de la temporada 2019 de Fórmula 1, marcaba el inicio de lagira europea de la categoría reina. Valtteri Bottas era el líder del Mundial de Pilotos con un punto de ventaja sobre Lewis Hamilton después de su victoria en el GP de Azerbaiyán. Mercedes ya despuntaba en el de Constructores con 74 guarismos de margen sobre Ferrari fruto de cuatro dobletes en las cuatro primeras pruebas del certamen.

Bottas salía desde la Pole Position después de una actuación imponente en la sesión de clasificación, en la que superó a Hamilton por la friolera de seis décimas de segundo. Los Ferrari se quedaron a ocho décimas, a pesar de que los italianos introducían este fin de semana una primera evolución de su unidad de potencia –prevista originalmente para Canadá– para intentar cerrar la brecha. El SF90 se hundía en los dos últimos sectores, en especial el último, donde concedía más de medio segundo. La explicación de la diferencia con Lewis residía en una batería descargada en su primer intento de Q3 y un error en el segundo.

La mayoría de equipos introdujeron la primera evolución aerodinámica de gran calado de la temporada. Mercedes presentó cambios en el alerón delantero y renovó por completo los retrovisores; también trabajó en los bargeboards. Ferrari ya había adelantado algunas mejoras en Azerbaiyán, pero aquí desarrolló los dos alerones y recortó la aleta de tiburón. McLaren también hizo mucho trabajo: alerón delantero, alerón trasero, aleta de tiburón y bargeboards, entre otros.

Lando Norris –undécimo– y Carlos Sainz –decimotercero– se quedaron a las puertas de la Q3. Ganaron una posición con la sanción de Daniel Ricciardo. McLaren confirmó que las nuevas piezas funcionaban correctamente, que el MCL34 respondía a las mejoras. Eso era un paso adelante notable respecto al MCL33, que se caracterizó por todo lo contrario. Era un fin de semana importante para el equipo de Woking, pues marcaba el debut sobre el terreno de Andreas Seidl en calidad de jefe de equipo. Procedente del programa LMP1 de Porsche, Seidl era el relevo natural de Eric Boullier y culminaba el proceso de reconstrucción iniciado por Zak Brown en 2018.

Una de las líneas narrativas más destacadas del fin de semana era la situación contractual del Circuit de Barcelona-Catalunya. La vigesimonovena visita de la Fórmula 1 a Montmeló era también la última estipulada en el acuerdo con la Fórmula 1, firmado en tiempos de Bernie Ecclestone. Ahora los gestores negociaban con Liberty Media para conservar el GP de España en el trazado. Contaban con el apoyo económico de la Generalitat de Catalunya –el president Quim Torra y la consellera de Empresa Maria Àngels Chacón i Feixas asistieron a la carrera– y tenían la intención de apoyarse en el gobierno central para completar el presupuesto, pero las negociaciones todavía estaban en marcha en el momento de la celebración de esta carrera.

Dirección de Carrera impartió cuatro sanciones antes de que empezara la prueba: Daniel Ricciardo tenía tres posiciones después del incidente que protagonizó en Azerbaiyán, donde impactó marcha atrás contra Daniil Kvyat tras una salida de pista. Antonio Giovinazzi y George Russell recibieron cinco posiciones por sustituir la caja de cambios. Y Nico Hülkenberg fue relegado al Pit-Lane después de que Renault rompiera el parc fermé, condicionada por un accidente del alemán durante la Q1 del sábado.

Los neumáticos disponibles para el Gran Premio eran el C1, el C2 y el C3, que se identificaban como el compuesto duro, el medio y el blando respectivamente. Era la selección de gomas más conservadora posible de la gama de Pirelli, que quería curarse en salud ante el riesgo de sobrecalentamiento. El neumático blando fue el predilecto para el momento de la salida. Lo montaron todos excepto Kimi Räikkönen, Lance Stroll, Robert Kubica, George Russell y Nico Hülkenberg, que apostaron por el medio.

Salida. Lewis Hamilton y Sebastian Vettel reaccionaron unos milisegundos antes que Valtteri Bottas, y así los tres volaron emparejados por la recta principal rumbo a la primera curva. Hamilton en el interior, Bottas en el centro, Vettel en el exterior. Lewis tenía la mano más alta y la negoció en primera posición. Valtteri estuvo a punto de perder el coche en el segundo vértice, pero lo recuperó y mantuvo la segunda plaza. La peor parte se la llevó Sebastian, que bloqueó, traccionó mal en la curva 3 y perdió el tercer puesto ante Max Verstappen.

Por detrás, Carlos Sainz hizo una buena salida y rebasó a su compañero Lando Norris para ponerse undécimo. El madrileño atacaba entonces al Toro Rosso de Alexander Albon, que marcaba la zona de puntos. Norris cayó del décimo al decimosexto puesto. Los Haas comandaban la zona media con Romain Grosjean en la séptima plaza y Kevin Magnussen en la octava.

En la quinta vuelta ya era evidente que el ritmo de carrera de los Mercedes no tenía parangón. Hamilton y Bottas eran medio segundo más rápidos que Verstappen, ocho décimas más veloces que Vettel. De esta forma, el líder tenía 2,1 segundos sobre su compañero y el Red Bull caía a 3,5. El coche de Sebastian estaba a 5,6. Charles Leclerc, quinto tras rebasar a Pierre Gasly en la primera vuelta, a 6,4.

Leclerc presionaba a Vettel. El monegasco se dejaba ver por los retrovisores de su compañero. Lo hizo en la vuelta 8, otra vez en la vuelta 10. Mattia Binotto les seguía atento desde el muro de boxes, mientras comprobaba cómo Hamilton le sacaba un segundo a sus monoplazas en cada paso por meta. También apretaba los dientes Carlos Sainz, a quien habían avisado de que tenía detrás a un Daniel Ricciardo ávido de intentar el adelantamiento. Lo tenía en su zona de DRS.

En la vuelta 12, Charles Leclerc pasó a Sebastian Vettel para asumir la cuarta posición. El monegasco activó su DRS en la recta de meta. El alemán se fue a la línea interior y su joven compañero certificó la maniobra con una apurada de frenada. Aunque la escena parecía una orden de equipo, no trascendió ninguna radio del box que así lo confirmara.

Se cumplían todos los pronósticos: el ritmo de Mercedes era imparable. Lewis y Valtteri le sacaban un segundo por vuelta a Verstappen y a Leclerc. Vettel estaba pérdido: siete décimas más rápido que su compañero, que en seis vueltas ya había abierto un margen de cinco segundos. Tan mal estaban sus neumáticos que Sebastian pidió a su ingeniero que lo hicieran entrar en boxes tan pronto como lo permitiera su estrategia.

El equipo escuchó: Sebastian Vettel entró al final de la vuelta 19. Puso neumáticos medios, aunque su parada fue lenta –4,4 segundos–. Un giro después entró Max Verstappen, que estaba a 11 segundos de Hamilton y 8 de Bottas. El holandés confirmó sus intenciones de ir a dos pit-stops al calzar un segundo juego del compuesto blando.

Mientras tanto, las paradas primero de Daniil Kvyat y después de Kevin Magnussen habían aupado a Carlos Sainz a la novena posición virtual. El español había sido capaz de contener a Daniel Ricciardo, que seguía a su estela.

Con los cauchos amarillos, Vettel hizo un cambio de ritmo. De repente superaba en más de cinco décimas a Verstappen, que iba con una opción más conservadora. Su compañero Charles Leclerc hizo su pit-stop en la vuelta 26 para montar duros, pero también perdió dos segundos de más en su parada.

Los Mercedes respondieron –Bottas cambió de gomas en la 27, Hamilton en la 28– y también optaron por el medio. De este modo, Lewis Hamilton lideraba el GP de España después de la primera parada en boxes. El británico tenía 10 segundos sobre Valtteri Bottas y 12,9 sobre Max Verstappen. Más descolgados estaban los dos Ferrari, con Charles Leclerc cuarto y Sebastian Vettel quinto a 23,7 y 24,9 guarismos respectivamente.

Carlos Sainz también montó el caucho de color amarillo, con el que conservó exactamente la misma posición que tenía antes del baile de paradas. Su compañero Lando Norris era decimoquinto. Grosjean y Magnussen conservaban las riendas de una zona media, si bien Daniil Kvyat estaba a la estela del coche del danés.

A medida que la carrera se acercaba a su ecuador, Vettel lo hacía a Leclerc. El alemán tenía DRS y hacía buen uso del mismo para reducir la brecha. En la vuelta 33 de 66, Sebastian se salió de la aspiración al final de la recta principal, pero Charles protegió con acierto la línea interior. En la 34 se quedó corto, también en la 35. En la 36, el monegasco se apartó de la trazada en la curva 5 para cederle la cuarta posición al alemán en una clara orden de equipo.

La situación de los dos Ferrari era el único punto caliente de una carrera a todas luces lógica. Lewis Hamilton iba a velocidad de crucero para conservar una renta de nueve segundos sobre Valtteri Bottas, que a su vez mantenía a Max Verstappen a cuatro segundos. Carlos Sainzseguía obcecado en la pelea por los puntos, pero Alexander Albon le sacaba nueve segundos y parecía que sólo un milagro podía ayudarle a conseguirlo.

Sebastian Vettel abrió la veda de la segunda parada en la vuelta 41. El alemán puso medios. Volvió por detrás de Pierre Gasly, al que rebasó sin problemas en la curva 9 en su giro de salida. Remontaba a marchas forzadas sabedor de que Max Verstappen tenía que entrar y que le sacaba nueve segundos antes de su pit-stop, pero el holandés reaccionó. Entró en la 43, puso medios y conservó siete segundos sobre el Ferrari.

En la vuelta 46, Dirección de Carrera desplegó el coche de seguridad después de un accidente que tuvo como protagonistas a Lando Norris y Lance Stroll. El inglés de McLaren se emparejó por el exterior con el Racing Point en la recta de meta. Intentó mantener el paralelo en la curva dos, pero no había espacio para dos coches y los monoplazas se tocaron. Ambos abandonaron.

Lewis Hamilton, Valtteri Bottas y Charles Leclerc aprovecharon la interrupción para hacer su segundo pit-stop, que no tuvo afectación en la clasificación. Los hombres de Mercedes conservaron las primeras posiciones, el de Ferrari cayó a la quinta, por detrás de Max Verstappen y de Sebastian Vettel.

Entonces ocurrió el milagro que Carlos Sainz necesitaba. Toro Rosso llamó a Daniil Kvyat y Alexander Albon para hacer un pit-stop simultáneo, pero la estrategia no resultó y perdieron mucho tiempo. Carlos se reincorporó a la carrera por delante de Albon y en décima posición, lo que le daba acceso a la zona de puntos.

La carrera se relanzó en la vuelta 52. Hamilton y Bottas tiraron del grupo con neumáticos blandos, el resto de favoritos con medios. Quienes también iban con el caucho rojo eran los Haas. Kevin Magnussen superó a Romain Grosjean en la primera frenada tras irse largo por la escapatoria y luego presionó a Pierre Gasly, aunque no completó la maniobra.

Carlos Sainz también estuvo atinado con la bandera verde. El español dio cuenta de Daniil Kvyat para ponerse noveno, haciendo un buen uso de los neumáticos blandos, que le proporcionaban una superioridad sobre los medios del Toro Rosso.

En la vuelta 57, los dos Haas se volvieron a encontrar en la recta de meta. Magnussen en el interior, Grosjean en el exterior. El francés intentó aguantar la trazada, pero el danés no le dio espacio. Romain se fue por la escapatoria sin poder completar el adelantamiento. Los dos VF19 mantenían sus posiciones.

En la vuelta 58, Carlos Sainz atacó a Romain Grosjean por la octava posición. El español le ganó el interior con la ayuda del DRS y llegó a la primera curva emparejado con el Haas. El francés cerró su trazada –se tocaron los neumáticos– y se fue largo, pero conservó su puesto. Pero Carlos asestó un nuevo golpe en la 59, exactamente en el mismo punto, y Romain no se pudo defender.

Lewis Hamilton cabalgó en solitario para alzarse con la victoria en el GP de España sin que nadie pudiera impedírselo. Valtteri Bottas y Max Verstappen le acompañaron en el podio. El tercer puesto del holandés era especialmente doloroso para Ferrari, que constataba que sus mejoras no eran suficientes. Sebastian Vettel entró cuarto, Charles Leclerc quinto.