domingo, 30 de junio de 2019

Análisis Carrera: Verstappen cierra a Leclerc para coronar una remontada antológica

- Verstappen se recupera de una salida pésima: de octavo a vencedor
- El holandés pasa a Leclerc con un adelantamiento arriesgado en la antepenúltima vuelta
- Los comisarios dictaminan que la maniobra estuvo dentro de la normativa
- Sainz firma una remontada fantástica: de decimonoveno a octavo
- Es la primer victoria de un motor Honda desde su retorno a la Fórmula 1
- Charles Leclerc y Max Verstappen en el podio del GP de Austria F1 2019 - SoyMotor

Max Verstappen se ha alzado con la victoria en el GP de Austria de la temporada 2019 de Fórmula 1, en el que ha sido el primer triunfo de un motor Honda desde su retorno a la categoría reina. El holandés se ha recompuesto de un desliz en la salida para remontar desde el octavo puesto hasta el primero, consiguiendo así el primer triunfo del equipo Red Bull en este curso.

El ritmo de Verstappen ha sido endiablado, hasta el punto que ha adelantado en pista primero a Sebastian Vettel, luego a Valtteri Bottas y finalmente a Charles Leclerc con una maniobra valiente en la antepenúltima vuelta. Los dos coches se han tocado y el Ferrari tuvo que salirse de pista. Los comisarios han investigado el lance durante casi dos horas, pero han optado por no impartir ninguna sanción.

Lando Norris ha dominado la pelea de la zona media, en la que Carlos Sainz también ha brillado con una remontada muy meritoria desde la penúltima posición de la parrilla. El madrileño ha adelantado a múltiples coches y ha recogido el fruto de una estrategia alternativa, con la que ha llegado hasta la octava posición final.


Charles Leclerc salía desde la Pole Position en el GP de Austria, la novena carrera de la temporada 2019 de Fórmula 1, en la que Ferrari exhibía un estado de forma renovado. El monegasco había demostrado una confianza inusitada en los entrenamientos que supo trasladar a la clasificación, donde superó a Lewis Hamilton por dos décimas de segundo. Pero la alegría no podía ser plena en Ferrari, porque Sebastian Vettel se quedó sin participar en la Q3 por culpa de un problema técnico en su SF90.

El equipo Mercedes había ganado los ocho Grandes Premios anteriores, pero en el Red Bull Ring era vulnerable. Entre los motivos que explicaban esa circunstancia, destacaban un calor extremo que comprometía la refrigeración, la altitud del circuito –casi 700 metros respecto el nivel del mar– y el déficit de velocidad punta en relación a Ferrari, que en Spielberg veía cómo su tradicional falta de carga aerodinámica era menos determinante que en otras pistas.

Dirección de Carrera impartió un total de ocho penalizaciones que cambiaron el resultado de la clasificación. La más sonada de todas ellas, una sanción de tres posiciones a Lewis Hamilton por obstaculizar a Kimi Räikkönen durante la Q1. Esa circunstancia relegó al pentacampeón al cuarto puesto de la parrilla, por detrás tanto de Max Verstappen como de Valtteri Bottas en la pelea por la victoria. Leclerc y Verstappen, viejos rivales en el karting, se reencontraban en la que era la primera fila más joven de todos los tiempos –21 años 265 días–­.

Carlos Sainz quedó en el fondo del pelotón por recurrir a la cuarta unidad de potencia de la temporada, una circunstancia que alteró por completo su preparación del fin de semana. Sacrificó su participación en la clasificación, renunciando a toda opción de Q3 para ayudar a su compañero Lando Norris con el rebufo a fin de maximizar las opciones de McLaren. Norris se clasificó sexto, pero subió al quinto puesto porque Kevin Magnussen recibió una penalización de cinco puestos por sustituir la caja de cambios.

Nico Hülkenberg tuvo cinco posiciones por estrenar el quinto motor. Alexander Albon fue relegado en dos ocasiones a comenzar desde el fondo de la parrilla por sustituir elementos de la unidad de potencia, aunque finalmente saldría penúltimo y por delante del McLaren de Sainz. De la misma forma, George Russell recibió tres posiciones por obstaculizar a Daniil Kvyat y posteriormente fue condenado a comenzar desde el Pit-Lane por romper el parc fermé.

El viernes, los equipos se reunieron para discutir un retorno a los neumáticos de la temporada 2018. El motivo, una disputa por la banda de rodadura de los P Zero, ligeramente más delgada en la especificación de este curso. Ferrari y Red Bull sospechaban que eso favorecía a Mercedes, pero la votación no prosperó porque tan sólo contaron con el apoyo de sus respectivos aliados –Alfa Romeo y Haas por parte de la Scuderia; Toro Rosso por los de Milton Keynes–. En consecuencia, se mantuvieron los mismos compuestos sin alteraciones.

El domingo, en las horas previas al inicio de la carrera, los organizadores del Red Bull Ring anunciaron que la primera curva del trazado pasaría a llamarse Curva Niki Lauda en homenaje al tricampeón austríaco, fallecido un mes antes a los 70 años. Aquel no fue el único homenaje: en el momento del himno nacional, los pilotos lucieron una gorra roja en recuerdo de la leyenda y un avión militar desplegó una bandera con su rostro. Lauda compitió en un total de once GP de Austria, con una victoria en la edición de 1984 y un segundo puesto en su visita en 1977.

Los neumáticos disponibles para el fin de semana eran el C2, el C3 y el C4, identificados como el compuesto duro, el medio y el blando respectivamente. Leclerc partía desde la Pole Position con la opción blanda, pero los tres coches que le seguían –Verstappen, Bottas y Hamilton– lo hacían con el medio. Todos los monoplazas que se quedaron en la Q1 o la Q2 recurrieron también a la opción de color amarillo.

Salida. Charles Leclerc aprovechó la adherencia del neumático blando para traccionar de fábula y llegar a la primera curva como líder indiscutido. Más despistado estuvo Max Verstappen, que se hundió en la clasificación cuando el coche le entró en neutral. Valtteri Bottas lo superó sin problemas para ponerse segundo. Lando Norris se puso tercero momentáneamente, aunque Lewis Hamilton lo adelantó en la frenada de la curva tres. A todo esto, Verstappen había caído hasta el octavo puesto, por detrás tanto de un Sebastian Vettel que ya era sexto como de su compañero Pierre Gasly.

Por detrás, Carlos Sainz superó a los Toro Rosso de Alexander Albon y Daniil Kvyat para terminar la primera vuelta como decimoséptimo. No tardó en dar cuenta del Williams de Robert Kubica, con lo que pasaba a ser decimosexto, y luego el Haas de Romain Grosjean, que le dio el decimoquinto puesto. Su siguiente amenaza era el Renault de Daniel Ricciardo, que tan sólo tenía un segundo de margen.

Mientras Vettel dejaba atrás a un Norris luchador para ser quinto y así reengancharse al grupo de los líderes, Leclerc aprovechaba el rendimiento del neumático blando para abrir un hueco de 2,5 segundos con Bottas al llegar a la vuelta 5. Las gomas de color rojo eran todavía las más rápidas, aunque era sabido que su degradación era más acusada y era cuestión de tiempo que perdiera su ventaja.

En aquel momento, el líder de la zona media era el Alfa Romeo de Kimi Räikkönen, que adelantó en pista al McLaren de Norris no sin que éste se quejara de que lo había echado de la pista. El finlandés lo superó en la aproximación a la curva cuatro. El MCL34 aguantaba séptimo, por detrás también del RB15 de un Max Verstappen a la remontada que superó a Räikkönen en la vuelta 9 para ponerse quinto.

Charles Leclerc tenía una ventaja de 2,6 segundos sobre Valtteri Bottas y de 5,4 sobre Lewis Hamilton al llegar a la vuelta 10. El compuesto blando todavía resistía, y así el SF90 rodaba unas décimas más rápido que los W10 que le perseguían. Sebastian Vettel apretaba los dientes en cuarta posición, recortando distancias con un Hamilton que estaba a 4,5 guarismos.

Kevin Magnussen perdió comba con el neumático blando, hasta el punto que Carlos Sainz le birló el decimocuarto puesto antes de que el danés abriera la veda de los pit-stops en la vuelta 13. Para más inri, Magnussen recibió un Drive-Through por estar fuera de posición en el momento de la salida. En la vuelta 14, Lando Norris adelantó a Kimi Räikkönen al ganarle el interior en la frenada de la curva 3. El británico tomaba así el liderato de la zona media.

Leclerc hablaba con su ingeniero, deseoso de saber cuándo hacer un cambio de ritmo. Lo cierto es que el ritmo del Ferrari era perfecto. Su ventaja sobre Bottas había crecido a 3,7 segundos al llegar a la vuelta 15; el margen sobre Hamilton, a 6,1. De hecho, el mismo Vettel había recortado su déficit con el pentacampeón hasta los 3,5 guarismos, lo que en sí mismo evidenciaba el buen estado de forma del SF90.

En la vuelta 22, Valtteri Bottas y Sebastian Vettel pararon en boxes. El pit-stop del Ferrari fue especialmente delicado. Los mecánicos no escucharon bien la radio y en consecuencia no tuvieron preparadas las ruedas a tiempo para su piloto, que perdió tres segundos. Charles Leclerc paró como líder en el siguiente giro, cuando su renta sobre Hamilton era de seis segundos. Como los demás, también recurrió al compuesto duro para llegar hasta el final.

El equipo Mercedes optó por dejar en pista a Lewis Hamilton, a quien encomendaron la tarea de subir el ritmo para ganarle la posición a Leclerc con la estrategia. 15 segundos les separaban, pero Charles tenía aire limpio para correr, lo que le permitía replicar e incluso superar el ritmo de su rival. Otro punto de interés era el duelo entre Verstappen y Vettel; el holandés no había parado todavía y tenía 21 segundos sobre el Ferrari.

Lejos de las cámaras, Carlos Sainz adelantaba en pista a Daniel Ricciardo. El madrileño optaba por alargar al máximo su primera tanda, a fin de intentar capitalizar el baile de los pit-stops.

Lewis Hamilton paró en la vuelta 30. Perdió ocho segundos en boxes, dado que le cambiaron el alerón delantero, que había quedado comprometido tras una sucesión de toques con los pianos disuasorios. Ese tiempo precioso le condenó al quinto puesto, por detrás tanto de Bottas como de Vettel e incluso de Verstappen, que visitó el Pit-Lane un giro después que el británico.

Así las cosas, Charles Leclerc controlaba con solvencia el GP de Austria al llegar la vuelta 33. Su ventaja sobre Valtteri Bottas era de 4,1 segundos; 9,2 sobre un Sebastian Vettel que ya se había afincado en el podio y que ahora tenía que procurar defenderse de Verstappen, que le seguía a tan sólo 3,2. Lewis Hamilton estaba más descolgado, a 19 del líder y a 7,3 de su primer rival.

Todo permanecía estable en cabeza al superar el ecuador. La salsa la ponía Verstappen, que recortaba distancias de Vettel hasta quedarse a dos segundos. La exhibición del holandés contrastaba con el suplicio de su compañero Pierre Gasly, que sufría horrores para adelantar a Kimi Räikkönen y luego perdía tiempo con Daniel Ricciardo, a pesar de llevar todo un Red Bull. Era séptimo.

En la vuelta 42, Carlos Sainz paró en boxes. Puso el duro y se reincorporó decimocuarto, justo por delante de Alexander Albon y por detrás de Lance Stroll, a quien pasó en la 46. Luego a Nico Hülkenberg y finalmente a Ricciardo, que salió por detrás después de su pit-stop. Sainz ya era undécimo, a las puertas de los puntos.

En la vuelta 49, Max Verstappen tuvo por primera vez DRS para atacar a Sebastian Vettel. Lo intentó en la frenada de la curva 4, pero el Ferrari protegió el interior. Repitió la misma maniobra en el siguiente giro, sin fortuna. Pero a la tercera va la vencida, y así en la 50 le ganó el tercer puesto en ese mismo punto. Ferrari reaccionó llamando a boxes a Sebastian, a quien le pusieron blandos para intentar compensar sus problemas. Se reincorporó quinto, a siete segundos de Hamilton.

Carlos Sainz se divertía, beneficiado por la juventud de sus cauchos. En la vuelta 49 superó a Sergio Pérez para meterse en los puntos y en la 50 dejó atrás a Antonio Giovinazzi, con lo que el madrileño ya era noveno. Su siguiente objetivo era Kimi Räikkönen, al que rebasó en la 55 para ponerse octavo. Por delante, el Red Bull de Pierre Gasly a cinco segundos.

Verstappen no tardó en meterse en el DRS de Valtteri Bottas, al que también adelantó en la curva 56. Le ganó el interior en la frenada de la curva 3, con un aplomo que invitaba a pensar en que la victoria no era imposible. Su último objetivo era el Ferrari de Charles Leclerc, que lideraba la carrera por cinco segundos.

Red Bull le daba luz verde a Verstappen para recurrir a los mapas motor más agresivos, a fin de dar caza al líder. En la vuelta 61, el holandés marcó la vuelta rápida. Le arañaba medio segundo a Leclerc y ya estaba a menos de cuatro guarismos de él, lo que hacía prever una batalla por la victoria en los compases finales.

El ritmo del Red Bull era eléctrico, capaz de navegar entre el tráfico más rápido y de volar cuando tenía aire limpio. Estaba en otra liga. Al llegar a la vuelta 66, se sitúo a un segundo. En la 67, Max Verstappen activó por primera vez el DRS para atacar al líder. Lo intentó por el exterior en la tres y otra vez en la cuatro, pero no tuvo éxito.

En la vuelta 68, Verstappen tiró de épica para ganarle el interior a Charles Leclerc en la curva 3. Fue líder por unos instantes, pero el Ferrari traccionó mejor en la salida y recuperó el primer puesto al llegar a la siguiente frenada, en un duelo mano a mano entre dos viejos conocidos del karting.

En la vuelta 69, Verstappen repitió la misma maniobra. El holandés dominó el vértice interior, pero esperó unos instantes antes de girar para así asfixiar a su rival. Los dos coches se tocaron ligeramente y el coche de Charles acabó en la escapatoria de asfalto, el de Max en el liderato del Gran Premio. Dirección de Carrera abrió investigación, pero la cerró dos horas después de la carrera sin penalizaciones.

En la vuelta 70, Sebastian Vettel aprovechó la superioridad de sus neumáticos para arrebatarle a Lewis Hamilton la cuarta posición.

Max Verstappen cruzó la línea de meta para erigirse en vencedor del GP de Austria, consiguiendo así el primer triunfo de Honda desde su retorno a la Fórmula 1 en 2015 con McLaren. Charles Leclerc y Valtteri Bottas le acompañaron en el podio. Dirección de Carrera abrió de inmediato una investigación sobre la pelea entre Verstappen y Leclerc, por lo que el resultado todavía no era definitivo. F1